FAIM mod. 457


La legendaria Fábrica Argentina de Instrumentos Musicales presenta una renovada línea de bajos y guitarras, dentro de la cual se encuentra el bajo que fue sujeto a prueba en este reporte.

En la década del ’70, cuando lo importado era para unos pocos, la mayoría de nosotros andaba por la vida tocando instrumentos nacionales. Dentro de las marcas locales, a nivel comercial, Faim era la más exitosa. Pasaron los gobiernos, los ministros de economía, la hiperinflación, el uno a uno, el corralito, etc, etc. Y llegamos al Siglo XXI, donde Faim está ofreciendo una serie de instrumentos con un nivel de construcción, sonido y terminación, que tranquilamente los pone a la misma altura que mucha de su competencia oriental.

El bajo Faim 457 es una réplica muy bien lograda del popular Musicman Stingray. Esto se ve, por ejemplo, en detalles como el puente, que viene con una forma y una terminación muy similar al original, presentando una construcción muy sólida, lo cual le da al bajo un sonido y una afinacion muy pro. También el micrófono posee la forma del original, reteniendo a su vez un ataque similar en lo que a sonido se refiere.
Siguiendo con el recorrido, el Faim tiene el mismo cuerpo, la famosa tapa o pickguard en forma de óvalo o gota, y por supuesto el chapón metalizado donde están los potes de control, como en los primeros modelos del original. Yendo para el lado de las clavijas, encontraremos que el Faim mantiene el diseño del bajo americano, ya que vienen en forma de mariposa. Por último, este bajo tiene, al igual que el original, 22 trastes. Un detalle más para agregar, sería que en la parte de atrás, cuenta con la cantidad de seis tornillos ajustando el mango contra el cuerpo, asegurando así que el bajo se mantenga siempre sólido.

Vayamos a la madera, porque este bajo, sí está hecho de madera 100 x 100%. El cuerpo es de lenga patagónica, una madera pesada, fuerte y semidura, con una densidad similar a la caoba. El mango es de guatambú, y la trastera es de jacarandá. El diapasón lleva trastes de alpaca 2.9. Este bajo cuenta con un micrófono cerámico tipo Musicman, cuya fabricación corrió también por cuenta de Faim. Trae un circuito activo con push/pull, que hace que el mic funcione en serie o en paralelo. Este circuito funciona con batería de 9V.
El sonido es variable a la ecualización que utilizemos. El Faim tiene cuatro perillas: volumen, graves, medios y agudos. Si ponemos las perillas de graves, medios y agudos en la posición del medio -al mover levemente la perilla, se puede sentir que tiene un punto medio- tenemos un sonido claro y plano. Si agregamos más agudos y medios, vamos para un sonido más tipo Presicion. Por último, si agregamos más graves y sacamos los medios, se crea un sonido más en el estilo Jazz Bass.

Al tacto, o sea al tocarlo, el Faim es my cómodo, y tiene mucha ganacia en agudos y graves, sobre todo cuando se toca slap o tapping. También, define muy bien tocando con dedos. Les grabé tres audios, los cuales pueden escuchar en la web. En ellos utilicé las perillas de ecualización al máximo (agudos, medios y graves al taco), como para que escuchen la definición que tienen estos mics, tocando distintas técnicas, tales como slap, dedos, tapping, e inclusive armónicos.

Para terminar, podría decir que este Faim 457 presenta un diseño muy cómodo, con un sonido definido y muy poderoso, contando además con distintas variantes de color. Por lo tanto, mi recomendación final sería dejar de lado los prejucios y pegarle una probada, ya que es un instrumento que a similar valor y prestaciones que uno oriental, lo supera en lo que a calidad de construcción se refiere.

bajo faim 1 slap.mp3



bajo faim 2 dedos.mp3



Bajo faim 3.mp3

 

 

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