Manteniendo la afinación, algunos consejos


¿Alguna vez escucharon el dicho: "Es más fácil desplumar a una gallina que mantener una guitarra afinada"? Probablemente no, ya que lo inventamos hace poco. Lo cierto es que a pesar de todos nuestros esfuerzos, ni las mejores cuerdas serán capaces de mantener la afinación por largos períodos de tiempo.
En su obra "Hamlet", Shakespeare aseguraba que todos los eventos se volvían en su contra. Pero en el el caso de las guitarras españolas o acústicas, no se trata de los eventos sino del clima, el tiempo y también de las manos del músico. Mientras que las temperaturas bajas suben la tensión de las cuerdas y hacen subir la afinación, las temperaturas altas aflojan esta tensión y bajan la afinación de las cuerdas. Por lo tanto, lo recomendable es darle tiempo a la guitarra para "aclimatarse" al ambiente en donde vamos a tocar. El tiempo es otro factor que conspira contra la correcta afinación de una guitarra, ya que con el correr del mismo, la cuerda pierde parte de la tensión por sí sola, además de oxidarse y corroerse, factores a los que también ayuda el ácido proveniente de la transpiración de las manos del músico. Inclusive, las reiteradas afinaciones hacen que las cuerdas pierdan parte de su brillo natural.
     ¿Sabían que las cuerdas gastadas no presentan un diámetro parejo en su circunferencia? Este defecto se produce por el contacto con los trastes, los cuales con el tiempo también sufren desgaste. Este desgaste desparejo de las cuerdas es el causante de vibraciones irregulares, lo que a su vez provoca tonos falsos y notas desafinadas.

LA ELECCION CORRECTA
     Cuenta la leyenda que la primer cuerda de acero fue hecha en Nüremberg, Alemania, hace muchos siglos atrás. También es cierto que hasta que el concertista Andrés Segovia le propuso a un fabricantes de cuerdas que usase nylon DuPont, las cuerdas de guitarra clásica se hacían de los intestinos disecados de las ovejas, también llamadas de "tripa". Por suerte para nosotros …y para las ovejas, la fabricación de cuerdas mostró grandes avances a través de los años.
     Una de las preguntas más comunes con respecto a los distintos tipos de cuerdas es: ¿cuál debo usar en mi guitarra? La verdad es que no existe una sola respuesta a esta pregunta. Las cuerdas que elijas dependerán o bien del sonido que estés buscando, a bien del dinero que estés dispuesto a gastar.
Siguiendo con el tema de las cuerdas para guitarra española, las más agudas (1ª, 2ª, 3ª) están hechas de nylon o de un monofilamento, mientras que las graves (4ª, 5ª, 6ª) viene con un entorchado metálico en oro, bronce o plata. El tipo de metal usado para este entorchado hará la diferencia en el sonido. Volviendo a las más agudas, éstas pueden ser también de carbón. Con un sonido más agresivo, tienen mucha más tensión y son más finas que las de nylon, que tienen un sonido más dulce y quizás más tradicional.

¿CUANDO CAMBIO MIS CUERDAS?
     La mayoría de los músicos cambian sus cuerdas cuando éstas pierden el brillo, cuando suenan muy apagadas o melosas, cuando la entonación no es la óptima, o bien cuando se dificulta mantener el instrumento correctamente afinado. Esto puede suceder una vez a la semana o una vez cada tres meses, dependiendo de la cantidad de horas que el músico toque. Aunque como dijimos anteriormente, también dependerá de la química de su piel, ya que hay que considerar que existen personas que tienen manos más sudorosas que otras.
Un buen método para alargar la vida útil de las cuerdas es mantenerlas siempre limpias. Así mismo, cambiar una sola cuerda cuando ésta se rompe no es muy aconsejable, ya que la nueva sonará definitivamente distinta del resto, sobre todo en un set de guitarra acústica o española.

 

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